Tras las doradas vacaciones toca la dura vuelta a los 11 meses de estrés laboral. Es cierto que aunque septiembre acaba de comenzar, y técnicamente por estas tierras comience a hacer un frío que pela, los días siguen siendo luminosos (evitando comentar los chaparrones ocasionales, que no emocionales).
Siento que este mes de agosto ha sido como los de antes. A riesgo de querer parecer vieja, he de argumentar a mi favor que tras varios veranos luchando por labrarme una carrera, exiliándome voluntariamente para mejorar mis aptitudes o simplemente demasiado agobiada como para disfrutar de la vida y sus alicientes, he tenido un verano dorado. O al menos un mes de verano dorado. Y creo que en los tiempos que corren eso es mucho!
Un gran viaje conociendo sitios milenarios, bodas de amigos, risas, confidencias, reencuentros. Un agosto perfecto...
1 commentaire:
Ya verás el otorño que te espera, guapa, seguro que estará lleno de sorpresas! Besos
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